Un círculo de labios me aprisiona.
Oigo caer caminos y plegarias.
Siento quedarme a solas con mi cuerpo.
Boca a boca la niebla va acechándome
y apenas un latido me acompaña.
No preguntéis, por Dios. No preguntéis.
Ciegas quedaron las preguntas. Rotas
de tanta oscuridad, de tanto pozo.
Y en la tierra habitada del olvido
ya no hay vuelo posible, ya no encuentro
espigas ofrecidas.
Y sólo un ángel de ceniza viene
a remover el agua de mi duda.
FRANCISCO GARFIAS (Moguer, 1921-2010).
(Fragmento del libro LA DUDA, Premio Nacional de Literatura, 1971).